lunes, 7 de noviembre de 2016

¿Maduramos? Que va!

Últimamente me ha dado por observar mi entorno, supongo que cumplir cuarenta es lo que tiene.
 Al menos cuatro años llevaba una vecina dándome la matraca con los puñeteros años, que si cuando cumplas cuarenta ya verás, que si se te echa el mundo encima, que si ya no eres como antes, que ya no te queda nada...

Creo que estaba un poco agobiada, y por eso, porque no he visto cambios al cumplirlos (vamos, que estoy como estaba), he comenzado a fijarme en la gente para ver si había diferencia y he llegado a una conclusión.

No maduramos, que va, lo que hacemos es disimular que hemos madurado. Sigo viendo en ese hombre bien vestido al niño de mocos colgando que lloriquea por que se meten con él, lo que pasa es que ahora sabe limpiarse los mocos y lloriquea por la hipoteca. A la niña macarra que no le gustaba ponerse vestidos en la subdirectora de mi banco subida a sus taconazos que los fines de semana juega a rugbi para desquitarse o la cría tímida e insegura (esa soy yo) que le daba vergüenza hasta respirar disimular que es alguien sociable aunque le cueste un mundo hablar con gente que no conoce (y me sale genial, soy una estupenda actriz)
Veo a los ligones de fin de semana comportarse como cuando tenían catorce años aunque tengan casi cincuenta. La verdad es que me parece divertido, ellos creen que han pulido sus técnicas de ligoteo aunque no es verdad, yo que lo veo desde lejos sonrío.

No creo que maduremos porque ese adolescente se queda dentro de nosotros nunca se va, y la verdad, a mi me gusta que mi adolescente se quede conmigo así estoy acompañada y me recuerda cada vez que meto la pata que ahí sigue, que tengo avanzar, aprender y que de los errores que mis hijos cometan aprenderán como lo hice yo.

No, los cuarenta no son tan importantes, ni tan intensos, ni nada por el estilo, seguimos igual, aprendemos de eso estoy segura pero dudo que maduremos.

Ay Arañita que difícil es cumplir años!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario